200 millones de años después, investigadores descubren parásitos en las cacas fosilizadas de un antiguo depredador

KHAM RIANG, Tailandia — Un antiguo depredador acuático podría haber estado caminando con un dolor de estómago hace 200 millones de años. Un nuevo estudio ha descubierto una gran cantidad de parásitos aún detectables en las heces fosilizadas de esta bestia.

Los investigadores señalan que el animal fue uno de los primeros depredadores en el planeta, una especie de fitosaurio semiacuático que se asemejaba a un cocodrilo. Sin embargo, esta criatura en particular estaba infestada de lombrices intestinales y varios otros parásitos. Se cree que las heces, también conocidas como coprolitos, pertenecían a este depredador.

Una parte del coprolito de siete centímetros de largo fue analizada por un equipo de la Universidad de Mahasarakham en Tailandia, que descubrió seis estructuras que iban desde 50 hasta 150 micrómetros de longitud. Una estructura, con una cáscara gruesa, fue identificada como un huevo de nematodo, mientras que las otras eran o bien huevos adicionales o cistos de protozoos.

Los parásitos desempeñan un papel común e importante en los ecosistemas, pero los parásitos antiguos son difíciles de estudiar debido a un escaso registro fósil. Dado que los parásitos a menudo habitan en los tejidos blandos de su huésped, rara vez sobreviven como fósiles, a menos que queden atrapados en algo más, como las heces.

El coprolito cilíndrico del Triásico Tardío, descrito en la revista PLoS ONE, se encontró en la Formación Huai Hin Lat en Tailandia y tiene más de 200 millones de años. Este descubrimiento representa el primer registro de parásitos en un huésped vertebrado terrestre del Triásico Tardío de Asia y brinda una visión rara de la vida de un animal antiguo que aparentemente estaba infectado por múltiples especies de parásitos.

Parásitos del morfotipo I, encontrados en el coprolito de vertebrados. (Crédito: PLoS One)

Este hallazgo también se suma a los pocos ejemplos conocidos de huevos de nematodos preservados en los coprolitos de animales del Mesozoico.

El autor del estudio, Thanit Nonsrirach, señala que se encontraron parásitos de varias especies, incluidos huevos de ascarídidos (lombrices intestinales), en un coprolito probablemente producido por el fitosaurio similar a un cocodrilo.

“El coprolito es un tesoro paleontológico significativo, que contiene varios fósiles no descubiertos y amplía nuestra comprensión de los antiguos ecosistemas y cadenas alimentarias”, escriben los autores del estudio en un comunicado de prensa.

Estos hallazgos, concluye el equipo, son, por lo tanto, una contribución significativa a nuestra comprensión científica de la distribución y ecología de los parásitos en el pasado distante.

El escritor de South West News Service, Jim Leffman, contribuyó a este informe.

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